sábado, 5 de julio de 2008

El espíritu de la liviandad

Todos los fenomenos de la luz,
todas las gotas de lluvia,
las canciones, los recuerdos mas dulces,
los abrasos de los amigos, de la familia,
las sonrisas para mi,
a solas.
Lamo mis heridas para aliviarme,
lloro solitario, no busco consuelo,
me inspira algo superior,
me hala hacia el cielo,
solitario.
Enjugo mis lagrimas, veo mi alrededor,
recuerdo.
Pienso en la gente que sufre,
pienso en la injusticia,
cuan afortunado soy,
pues mis problemas en realidad no lo son
pues mi corazon sufre porque aun palpita.
Donde esta lo que busco,
donde yace el secreto,
que es lo que espero?
Miro las flores del campo,
recuerdo mis amigos y mi juventud,
se marchitan, mi piel se arruga, para que?
Lamo mis heridas para buscar alivio.

El espíritu de la pesadez

Como el clavo que se incrusta
entre mis pies y la cruz,
entre las alas y la tierra,
me ata el espiritu de la pesadez.
Como un hilo que cose mis labios
para no elevar plegaria,
para no dar un beso,
me acalla, me enmudece.
Hay de aquel que no se sacude,
que no lucha y se resiste
y ante la gravedad se rinde,
aquel yace enterrado bajo la tierra.
Lejos del recuerdo, del amor,
lejos de la sabiduria, de la musica,
lejos de todos y de todo,
aisla, separa, el espiritu de la muerte.
Oh Dios mio! muestrame el camino
para luchar contra mi vicio,
para alejar la necedad,
llevame de nuevo a tu pradera,
donde los rios refrescan el ardor, la sed.
Poesia maldita,
oda al fantasma,
esta es inspirada, por el lado oscuro,
por el corazon dolido.
Dormir, morir, dejar que pase el tiempo
que me arrastre muy abajo
que erosione mi ser
y lo transforme en polvo.
O Satanás, tu tambien me sientes
y yo a ti
y somos uno, morbidos,
hermanados.