lunes, 5 de mayo de 2008

III

No se puede retener el humo entre los dedos,
pero si dejas que acaricie la curvatura de tu mano,
has de saber que su baile será distinto,
y que tus manos tendrán un olor distinto.
Es que acaso un ave quiere retener el aire bajo sus alas?
No es que se saludan como amigos que se encuentran y se alegran,
Y luego se despiden?
Acaso saben aquellos que es inevitable que se vuelvan a encontrar?
Acaso apuras el paso en la despedida,pues sabes que se aproxima el reencuentro,y que con el final inicia otro ciclo.
Será entonces cuando aprenderás a no sofocar tu llanto,
y de su melancólica belleza retornaras a tu hogar,
pues el final, es un abraso inevitable que nos aprieta con amor.
Pues el final es el comienzo.

Poesía que se lleva el viento

A la que murio en un atisbo
a aquella ligera,
la más efimera de todas,
la que se pierde entre pensamientos,
entre palabras
a esa que ha borrado el rastro tras si,
y en un laberinto sin meta, yace, se pierde.
Poesia que se esfuma, se diluye,
aunque no te observen eres,
lates, existes, objeto sin sujeto,
aunque te fugues entre mis manos,
entre mi memoria.
Tu resplandor se perdio en un instante
y se murio,
como el grito ahogado,
de aquel perdido en la mas profunda caverna.
Pero tu reminiscencia me ha marcado,
y tiñe con su sutil prescencia,
fisicamente pudiste existir
pero te trasformaste en un espiritu,
en eter, aroma, humo que se lleva el viento.