lunes, 5 de mayo de 2008

III

No se puede retener el humo entre los dedos,
pero si dejas que acaricie la curvatura de tu mano,
has de saber que su baile será distinto,
y que tus manos tendrán un olor distinto.
Es que acaso un ave quiere retener el aire bajo sus alas?
No es que se saludan como amigos que se encuentran y se alegran,
Y luego se despiden?
Acaso saben aquellos que es inevitable que se vuelvan a encontrar?
Acaso apuras el paso en la despedida,pues sabes que se aproxima el reencuentro,y que con el final inicia otro ciclo.
Será entonces cuando aprenderás a no sofocar tu llanto,
y de su melancólica belleza retornaras a tu hogar,
pues el final, es un abraso inevitable que nos aprieta con amor.
Pues el final es el comienzo.

2 comentarios:

Emaniu dijo...

Demasiado bueno

Unknown dijo...

Jon jamás hubiera imaginado tanta sensibilidad. Tengo que confesarte que llore mientras leía esta poesía, porque de alguna forma me identifique con tus palabras,pero no tengo la facilidad tuya de plasmar sentimientos en un papel, te felicito siempre he estado muy orgullosa de tí pero ahora mucho más que dios te bendiga siempre te quiero mucho. Tu hermana.