Tenia que aprender a tocarte,
Tenía que enamorarme de voz para estudiarte,
Hace tiempo, en una catedral,
el mas perfecto órgano que existio fue construido,
Esperando por la llegada de su mejor musico,
Mas yo tuve que aprenderte,
Seducirte, observarte, llorar por ti,
Dejar de creer en ti,
Y volver a enamorarme,
utilizarte para revivir a Mozart.
Mas ahora estoy listo,
En este templo he de rasgar la tela del silencio,Con la mas deliciosa musica usurpare la quietud.
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