lunes, 17 de agosto de 2009

La partida

No se puede retener el humo entre los dedos
ni se debe cortar el botón de una rosa,
no se debe detener el vuelo de la alondra,
florece y vuela, no te detengas.
Deja que perfume tus manos,
despídete de su cuerpo efímero
percibe su aroma,
pero no te conviertas en una prisión.
Deja que corran las lágrimas
que laven tu alma
que refresquen tu dolor,
lame tus heridas y avanza.
No se debe detener el tiempo
no se debe retrasar el alba,
ni detener las despedidas,
ni la muerte, ni la partida.
Deja que florezcan las rosas,
los lotos, los girasoles,
míralos de paso en tu marcha,
llévate una parte contigo,
y deja tu semilla junto a ellas.
Déjalas dentro de tu pecho tibio,
cerca de tu corazón,
pues este también florecerá,
de las cenizas, florecerá!

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3 comentarios:

Patricia dijo...

Es hermoso, nada se detiene solo se lo vive en el presente...todo corre su rumbo y fluye en armonia!
precioso!
besos, feliz semana!

Julia Hernández dijo...

Hermosa poesía. Todo renacerá aún en el más desolado desierto, para bien o para mal. Un abrazo.

GARRUID dijo...

Gracias por sus palabras, un abraso y suerte!!!